La formación es la diferencia entre profesionales y "piratas"

Hoy es el Día Internacional de la Educación, y me va al pelo para hablar de este tema.

La educación, para mí, es un derecho que todo el mundo debería tener, pero que muchos acaban descuidando.

En el sector inmobiliario siempre se habla de «piratas».  Son esas personitas que, en los tiempos de la burbuja, encontraron un filón «vendiendo» inmuebles como esos vendedores de coches de las películas americanas. ESTAFANDO.

Y aunque la explosión de la burbuja inmobiliaria se llevó a la gran mayoría, algunes siguieron trampeando y llegaron al día de hoy.

También hay de nuevos, aunque ahora considero que estos que van llegando lo hacen gracias a la falta de información y desconocimiento de los clientes finales, y al miedo de muchos profesionales.

El desconocimiento, la falta de información de los clientes finales, hace que minusvaloren el trabajo que realiza un buen asesor inmobiliario. No saben lo que hacemos, sólo aquellas historias terribles que han ido pasando de uno a otro, y que al final son las que siempre se recuerdan.

El miedo de los buenos profesionales, aquellos que invierten mucho dinero, horas y esfuerzo en cada inmueble que gestionan o en cada cliente comprador al que ayudan, hace que se sientan inseguros y en más ocasiones de las que nos gustaría, acepten trabajar en condiciones desfavorables tanto para ellos, como para sus clientes.

Hay escasez de formación reglada y útil para el sector inmobiliario

Si yo ahora mismo decidiera que quiero trabajar en el sector inmobiliario, que quiero abrir una inmobiliaria, no sabría por dónde empezar, y necesitaría una inversión brutal, precisamente por ese desconocimiento.

Por un lado están las asociaciones y colegios de agentes de la propiedad inmobiliaria. Una de sus funciones, para mí la principal, es la de promover y aportar valor a sus asociados gracias a la formación.

Sin embargo, lo tienen bastante difícil, porque es complicado encontrar formación actualizada, o mejor dicho, formadores actualizados.

Hay mucho humo en la formación en general, y mucho más en la inmobiliaria en particular.

Por otro lado están las propias agencias inmobiliarias, ya que son muchas las personas que deciden entrar en el sector inmobiliario por el motivo que sea, y encuentran que una buena forma de hacerlo es a través de una agencia inmobiliaria. De esas que prometen «…formación inicial y constante» que se traduce en «toma esto, te lo lees y a currar».

La formación inmobiliaria debe evolucionar, como está evolucionando el sector inmobiliario

Sí, aunque de una forma discreta, el sector inmobiliario lleva ya un tiempo evolucionando, acercándose más a su cliente, entendiendo las necesidades de los clientes y aceptando las propias.

Es por eso que la formación inmobiliaria debería ser una prioridad.

Y debería ser una prioridad no sólo para las asociaciones y colegios que, bajo mi punto de vista, deben actualizar sus patrones y facilitar el acceso a una formación actual y útil, así como luchar por reglar la formación que se debe recibir para ser un buen profesional inmobiliario.

Si no también por parte de los gerentes y agentes inmobiliarios, que deben superar esas decepciones formativas con las que todos nos hemos encontrado en alguna ocasión, y apostar por aquellas/os formadores que pueden aportarnos algo más que historias resabidas.

¿Cuánto valen tus conocimientos?

Aunque pueda sorprender, no soy rica. Ni tan siquiera me atrevo a decir que, económicamente, esté en la clase media alta. Sin embargo ahorro, o «sacrifico» algún «lujo» por obtener formación que me aporte algo nuevo, y que me ayude a realizar mi trabajo como project manager inmobiliaria, de una forma actualizada y productiva.

¿Me he equivocado? en varias ocasiones. He invertido y perdido tiempo (mi tesoro), dinero y ganas. Pero he aprendido que ese/a formador/a vende humo, y que no quiero hacer mucho más con él/ella.

¿He acertado? también en varias ocasiones. He invertido y vuelto a invertir, y sacado provecho y un montón de ideas, conceptos y herramientas innovadores para mis clientes y (quiero creer) para el sector inmobiliario en general.

Aún así, no deja de sorprendereme ver como personas que invierten mucho, dejan de asistir a una formación de lo más interesante «por dinero».

Hace unos días hice una encuesta en mis stories de Instagram, en la que preguntaba qué haría que invirtiesen o no para asistir a una formación. Y lo que más movía era el ponente, el formador/a.

Por un lado lo entiendo, lógicamente no es lo mismo invertir 100€ en una formación de alguien que conoces, o que te suena de algo, que 100€ en un perfecto desconocido para ti, que no tienes muy claro si te va a aportar algo nuevo o no.

No obstante, creo que es un riesgo que hay que correr. Interesarte por el formador/a, ver qué hace o cómo lo hace (Internet es tu amigo), o pedir referencias siempre son opciones que no te cierran a esas personas, y que pueden aportarte mucho.

¿Si yo puedo y quiero invertir 100€ en una cena/formación/networking con alguien como Txell Costa, a la que conocí por casualidad hace apenas un año, y le di la oportunidad de escucharla. ¿Porqué no voy a hacer lo mismo con alguien a quien no conozco, pero que mi instinto me dice que puede aportarme algo nuevo? ¿Y porqué no te atreves tú a dar esa oportunidad a quien no conoces?

Si aprendes, estás invirtiendo en tu formación.
Si no aprendes, habrás aprendido cómo gastar dinero en formación.
Al final, siempre aprendes.

Cecilia Morales, impulsora de negocios

Cómo creo que debería ser la formación y las/los formadoras/es

Para empezar, todos somos formadores de alguna manera.

En el momento en el que compartes tus conocimientos con alguien, le estás formando, por lo que creo que es vital que, quien imparte una formación sepa de lo que está hablando.

Si quiero teoría tengo Internet, gracias.

Cuando acudo a una formación, quiero poder llevarme algo nuevo, una herramienta, una idea, un argumento lógico que desmonte alguna de mis creencias, un conocimiento desde la experiencia.

Y es por eso que mi filtro empieza ahí, en saber que la persona está haciendo o ha hecho lo que comunica. Ver que ha obtenido resultados, buenos o malos, son resultados que pueden aportar información valiosa.

Y por supuesto, alguien que repite una y otra vez la fórmula de la coca-cola, pues oye, con una vez tengo bastante, gracias.

Te toca, si has llegado hasta aquí, gracias. Me encantará que me digas qué opinas de la formación inmobiliaria, si estás de acuerdo conmigo, o si tienes algo que aportar. ¡Te leo!

Puntualizaciones:

Para empezar, todos somos formadores de alguna manera.

En el momento en el que compartes tus conocimientos con alguien, le estás formando, por lo que creo que es vital que, quien imparte una formación sepa de lo que está hablando.

Si quiero teoría tengo Internet, gracias.

Cuando acudo a una formación, quiero poder llevarme algo nuevo, una herramienta, una idea, un argumento lógico que desmonte alguna de mis creencias, un conocimiento desde la experiencia.

Y es por eso que mi filtro empieza ahí, en saber que la persona está haciendo o ha hecho lo que comunica. Ver que ha obtenido resultados, buenos o malos, son resultados que pueden aportar información valiosa.

Y por supuesto, alguien que repite una y otra vez la fórmula de la coca-cola, pues oye, con una vez tengo bastante, gracias.

Te toca, si has llegado hasta aquí, gracias. Me encantará que me digas qué opinas de la formación inmobiliaria, si estás de acuerdo conmigo, o si tienes algo que aportar. ¡Te leo!